La polémica en torno al triunfo de Tonantzin Fernández, excandidata de Morena por la presidencia municipal de San Pedro Cholula, no cesa. A dos meses de haber recibido la constancia de mayoría por parte del Instituto Estatal Electoral de Puebla (IEE), nuevas evidencias han salido a la luz, señalando un fraude orquestado con la colaboración del propio instituto electoral. Las impugnaciones presentadas por su rival, Roxana Luna, han revelado irregularidades graves que ponen en duda la legitimidad del resultado.
La manipulación de los resultados en el Sistema de Cómputo de Resultados Electorales (SICRE) es uno de los puntos más alarmantes. De acuerdo con las pruebas aportadas por el equipo legal de Luna, el IEE incurrió en la duplicación de casillas, la eliminación de votos, y la captura dolosa de datos que favorecieron a Fernández. Este tipo de fraude, realizado desde el organismo encargado de garantizar elecciones transparentes, ha generado un escándalo político que amenaza con derrumbar el efímero triunfo de la excandidata.
El uso indebido de recursos públicos y símbolos religiosos también ha sido una constante en las impugnaciones. Se acusa a Fernández de haber recurrido a prácticas prohibidas para influir en el electorado, aprovechando su acceso a recursos que no debieron haberse utilizado en campaña. Estas acciones, lejos de ser meras acusaciones, están respaldadas por un cúmulo de evidencias que han tensado la situación legal y política en San Pedro Cholula.
En un intento desesperado por sostener su victoria, Tonantzin Fernández ha lanzado una campaña de legitimación bajo el lema “El Pueblo Manda”, en la que ha recorrido el municipio entregando despensas, refrigeradores y otros bienes. Esta estrategia, sin embargo, ha sido vista por muchos como un último esfuerzo para ganarse el apoyo de un electorado que nunca respaldó plenamente su candidatura. Incluso dentro de su propio partido, Morena, las dudas sobre su legitimidad son evidentes. Muchos miembros del partido reconocen que su triunfo fue forzado, y que su falta de apoyo popular es insostenible.
Mientras tanto, el equipo de Roxana Luna continúa organizando manifestaciones y campamentos de protesta frente al Tribunal Electoral Local y en el Zócalo de Cholula, exigiendo justicia y la revisión a fondo de las irregularidades. Su movimiento no solo no se ha debilitado, sino que crece día a día, impulsado por el clamor de quienes denuncian un fraude descarado.
El Instituto Estatal Electoral de Puebla también se encuentra bajo fuego, con sus consejeros divididos y preocupados por las posibles consecuencias legales de su complicidad en las irregularidades. Las pruebas de manipulación en el SICRE y las maniobras sucias dentro del proceso de conteo supletorio han puesto al instituto en una posición comprometida, con algunos consejeros temiendo enfrentar responsabilidades jurídicas.
En el entorno político, muchos dentro de Morena ya preparan el terreno para que Roxana Luna asuma la presidencia municipal, ante la inminente caída de Tonantzin Fernández. Incluso el gobernador electo, Alejandro Armenta, ha mostrado señales de preferir un gobierno encabezado por Luna, consciente de que Fernández carece de legitimidad y reconocimiento popular.
El panorama es claro: el fraude electoral en San Pedro Cholula, con la ayuda del IEE, ha desmoronado la victoria de Tonantzin Fernández. Su nerviosismo refleja la fragilidad de su posición, y todo apunta a que su tiempo al frente de la contienda política está por terminar.